domingo, 15 de octubre de 2000

Quinto año (2000-2001)

 Música medieval y renacentista. Claudio Monteverdi


Llegados, más o menos, al primer tercio del siglo XX y siendo conscientes de que habría sido necesario decir algo sobre las músicas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, decidimos sin embargo volver hacia atrás y dedicar el quinto año a cubrir el período que transcurre entre los orígenes de la música polifónica y J. S. Bach, repescando de paso a muchos autores barrocos (Vivaldi, Händel, Rameau…) hasta entonces ignorados.


En consecuencia, la primera sesión (15.X.00) estuvo dedicada al canto llano (o gregoriano), a los cambios ocurridos a partir del siglo IX (tropos y secuencias, con la audición de una de las más conocidas: el Dies Irae), a los orígenes de la polifonía (organum, discantus, con la audición del Viderunt omnes de Pérotin y otras piezas del Ars Antiqua) y al Ars Nova del s. XIV (Guillaume de Machaut).

Algo no debió de quedar muy claro pues, en la primera parte de la segunda sesión (19.XI.00), volví a repetir, ampliándolos un poco, algunos conceptos sobre la música del siglo XIII; seguimos con las formas musicales italianas de la baja Edad Media; y concluimos con la música francoflamenca del siglo XV y sus asombrosas (y complicadas) polifonías: Guillaume Dufay, Johannes Ockeghem y Josquin Desprez.

Entramos en el siglo XXI dedicando dos sesiones a la música del Renacimiento. En la sesión del 14.I.01, tras una breve explicación general sobre los conceptos de polifonía y contrapunto, oímos ejemplos de la música de los Países Bajos, tanto religiosa (volvimos a Josquin) como profana, y de la música francesa (algunas chansons polifoniques).

En la sesión del 25.II.01, seguimos nuestro recorrido por la música del Renacimiento: Italia (Palestrina), España (Tomás Luis de Victoria), Inglaterra (John Dowland y sus melancólicas “lágrimas”) e Italia, con ejemplos de madrigales (Gesualdo di Venosa) y de “madrigales dialogados” (Orazio Vecchi y su Anfiparnaso). Con estos dos autores podemos decir que llegamos al punto culminante de la polifonía vocal, pero la revolución que se avecinaba no vendría de esta polifonía “decadente” y artificiosa (prima prattica) sino de la secunda prattica inaugurada por el inmenso Claudio Monteverdi.

Puesto que, para mí, este compositor resume toda la historia de la Música (y además, da nombre a nuestras tertulias), no debe extrañar que le dedicásemos las tres siguientes sesiones: la quinta (18.III.01), la sexta  y la séptima (10.VI.01). No vale la pena entrar en detalles de lo que dijimos sobre Monteverdi ni de la música que escuchamos; baste decir que, con su último libro de madrigales, su Vespro della Beata Virgine y su Orfeo, el autor de Cremona abrió los caminos por donde transitaría la Música occidental durante los siguientes 350 años.

La segunda parte de la última sesión (10.VI.01) fue una sorpresa: otro alumno de Mercè, Jordi (Bruno, nombre de artista) Vargas vino con sus padres para darnos un pequeño concierto [es un excelente violista que hoy toca en la Orquesta de la RTVE]. En el programa: fragmentos de la Suite nº 3 para violoncelo de J. S. Bach (Bruno Vargas); la Sonata nº 16, K. 545 de Mozart (Mercè) y un Concierto para viola de Karl Stamitz (Bruno y Mercè).